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Abstract:
Declaración presentada al 25° período de sesiones de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, New York, 1974.
Notes:
Declaración presentada al 25° período de sesiones de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer. Tema 3 (A) del programa provisional: instrumentos internacionales y normas nacionales con relación a la condición jurídica y social de la mujer: aplicación de la Declaración sobre la Eliminación de Discriminación Contra la Mujer, e instrumentos relacionados. Nueva York, 14 de enero–1 de febrero de 1974.

Estudios Preliminares Sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer en la Comunidad Mundial Bahá'í

Bahá'í International Community

1974

El 21 de julio de 1972, la Comunidad Internacional Bahá’í envió el cuestionario adjunto sobre la participación de la mujer en la vida de las comunidades bahá’ís a todos sus miembros afiliados — 113 Asambleas Espirituales Nacionales, cuerpos administrativos nacionales de esas comunidades — para determinar hasta que punto las cambiantes actitudes entre los bahá’ís han afectado la posición de la mujer. Los tópicos que se cubrieron en el amplio margen de los temas fueron relacionados directamente o indirectamente al trabajo de las Naciones Unidas en el área de la condición jurídica y social de la mujer.

Además del cuestionario, la Comunidad Internacional Bahá’í proporcionó a las Asambleas Espirituales Nacionales una selección de pasajes importantes de los Escritos Bahá’ís sobre la igualdad del hombre y la mujer, las cuales hacían énfasis de una manera concisa sobre las metas usadas para la educación de las comunidades locales y nacionales. Muchas comunidades sin tener la suerte de una biblioteca completa de literatura bahá’í sobre este tema, cuentan ahora con un breve pero poderoso sumario de declaraciones autorizadas sobre la importancia del principio de la igualdad del hombre y la mujer uno de los principios importantes de las enseñanzas del Fundador de la Fe Bahá’í.

También se incluyó con el cuestionario una copia de la «Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer» de las Naciones Unidas, llamando la atención específicamente a aquellas secciones en las cuales la Comunidad Internacional Bahá’í, Organización No Gubernamental acreditada ante el Consejo Económico y Social, puede, como ya lo está haciendo, contribuir al trabajo de las Naciones Unidas.

Encontramos que este cuestionario y sus agregados han aumentado el interés de las comunidades bahá’ís sobre el tema de la igualdad del hombre y la mujer y han alentado planes para discusiones, conferencias e institutos.

Debería señalarse que todos los individuos bahá’ís y las instituciones bahá’ís están comprometidos en su creencia de que las enseñanzas de su Fe están investidas de autoridad Divina y de que los principios de esas Enseñanzas son la guía hacia la cual se vuelven los bahá’ís continuamente para nueva comprensión y entendimiento. Es inevitable en este momento de la historia de la Comunidad Mundial Bahá’í que haya grandes diferencias en la comprensión como también en la aplicación de estos principios y de que la apreciación completa de su significación y su demostración en acción dependen sobre muchos factores en la vida del individuo y en sociedad. Las comunidades bahá’ís, aunque muy diferentes unas de otras, dado que ellas incluyen una amplia diversidad de antecedentes culturales, son a la vez muy similares. Ellas expresan una unidad única en diversidad, unidad en lo que respeta a que todas ellas están dedicadas a Bahá’u’lláh, el Fundador de su Fe, como el Divino Revelador, para este período de la historia de la humanidad; diversidad en el sentido de que ellas son una mezcla poco común de nacionalidades, razas, credos, clases y temperamentos ­- todos bienvenidos en la Fe Bahá’í.

Ciertamente los problemas que deben enfrentar los individuos bahá’ís y las comunidades bahá’ís locales y nacionales en el gradual levantarse y educarse a sí mismos hacia los altos niveles inculcados en las Enseñanzas de Bahá’u’lláh pueden diferir, pero la dirección está determinada y el crecimiento y los logros son evidentes, como las respuestas al cuestionario lo indican.

Dado que la manera en la cual las comunidades bahá’ís funcionan es parte del proceso de aprendizaje en el cual los bahá’ís participan voluntariamente a medida que se convierten en miembros con derecho a voto, unas breves palabras acerca del Orden Administrativo Bahá’í que propende al desarrollo de la comunidad bahá’í serán de gran ayuda para entender los resultados de este cuestionario.

Las Asambleas Espirituales Locales y Nacionales, cada una compuesta de nueve miembros bahá’ís adultos, son elegidas anualmente por medio de voto secreto, sin nominaciones o propaganda electoral. La Casa Universal de Justicia, la institución suprema del Orden Administrativo Bahá’í, es elegida cada cinco años por los miembros de las Asambleas Espirituales Nacionales. Las Asambleas Espirituales Locales reciben recomendaciones de la comunidad durante la reunión regular de la comunidad llevada a cabo cada 19 días — la Fiesta de 19 Días. Las decisiones de una asamblea son tomadas por mayoría de los votos en todos los temas, los que aún ahora, en una escala menor, reflejan la gama de los problemas y las actividades humanas. Aunque las mismas tensiones y antagonismos que pueden existir son también encontrados fuera de la comunidad bahá’í, separatismo causado por un determinado conflicto se ha hecho imposible, dado a que ninguna doctrina representando un individuo o un grupo puede tener ascendencia, y todos los bahá’ís están sujetos a una autoridad como prescrito en las enseñanzas de Bahá’u’lláh. Los grupos de presión no se dan en la comunidad bahá’í dado que aquellos que son elegidos no son responsables ante sus electores sino ante Dios y sus propias conciencias. Consulta sobre cualquier tema implica la participación de una manera abierta de cada miembro de la asamblea expresando sus opiniones y al mismo tiempo aprendiendo de las opiniones de los otros miembros. Cuando una decisión es tomada, cada uno de sus miembros debe respetarla preservando de esta manera la unidad en cada etapa de su crecimiento.

Este informe sobre los puntos del cuestionario señala la rápida asimilación de todos los bahá’ís a la comunidad bahá’í. El Sistema Administrativo Bahá’í provee los medios para la consecución de las enseñanzas bahá’ís y para la abolición de todos los prejuicios, ya sean estos basados en raza, religión, clase social, nacionalidad o sexo y está orientado hacia el establecimiento de un orden mundial, en el cual la contribución de todos es valorada y recibida como la contribución hacia el desarrollo de una civilización mundial.

El informe a continuación esta basado en las respuestas provenientes de 81 países (véase lista adjunta) y territorios importantes y aunque todavía incompleto presenta tendencias las cuales son desde ya definidas y prometedoras. En muchos casos el progreso es aún mucho más marcado en la comunidad bahá’í que en la sociedad en la cual el bahá’í viva, o en otros casos el progreso toma una dirección completamente diferente. En otros lugares se pueden apreciar cambios muy graduales en las actitudes debidos muchas veces al número reducido de bahá’ís o a la fuerte influencia de los moldes tradicionales. Es evidente que donde las comunidades bahá’ís están firmemente establecidas, donde los grupos son numerosos, y donde ha habido oportunidad para una comprensión más profunda y desarrollo durante un período considerable de tiempo se nota un mayor sentido de seguridad para el individuo y para la familia lo que da un sentido de mayor libertad — y un deseo compartido — de practicar la creencia bahá’í en la igualdad de derechos, privilegios y oportunidades para los miembros de ambos sexos.

La Participación en las Elecciones
Se nota una tendencia importante en las respuestas recibidas con relación a la participación de la mujer en las elecciones en la comunidad bahá’í. En todas las comunidades bahá’ís nacionales excepto en una, las mujeres bahá’ís participan activamente en la votación, un proceso fácil para ellas dado a que no hay propaganda electoral o nominaciones y el voto es secreto. Muchas comunidades, todavía muy poco desarrolladas desde el punto de vista de la aceptación de la igualdad jurídica y social de la mujer, indicaron que las mujeres votaban en las elecciones bahá’ís. A veces «esta participación es su primer prueba de libertad de expresión» " o "esta actividad (las elecciones) les ha dado a las mujeres su primera oportunidad de tomar parte en asuntos administrativos" en pueblos o en zonas de campaña. Aún en los pueblos más remotos las mujeres participan en las elecciones bahá’ís aunque son más reticentes en otras clases de actividades y las costumbres tienden a inhibirlas más en los pueblos alejados de los centros urbanos. En ciertas áreas la participación en las elecciones bahá’ís es el total de las actividades de las mujeres bahá’ís, y en algunos países donde debido a la tradición las mujeres no han todavía tomado parte activa en la vida de la comunidad bahá’í como los hombres, ellas participan, sin embargo, en las elecciones; y como señaló una Asamblea Espiritual Nacional: «Es nuestra política la de asegurarnos que las mujeres tomen parte en las elecciones en la misma medida que los hombres».

La actividad de las mujeres bahá’ís depende muchas veces de su preparación cultural. Una Asamblea Espiritual Nacional informa que la nueva generación ha cambiado su actitud pero que «la antigua todavía se mantiene con los viejos prejuicios». En los países donde prevalece la tradición occidental las mujeres han representado un papel muy importante en las comunidades bahá’ís desde el comienzo y «las mujeres han encontrado en la Fe un campo de servicio en el cual ellas pueden estar más y más seguras de formar una parte concreta». Las respuestas mencionan, sin embargo, que nuevos temas polémicos serán presentados por el influjo, en estos momentos, de mujeres de otras razas entrando en las comunidades bahá’ís. En comunidades bahá’ís más antiguas el progreso en la participación de la mujer es más marcada, «particularmente en las elecciones y en el votar por mujeres». Hay, sin embargo, notable evidencia que en países donde la tradición es fuertemente en contra de la participación de la mujer en la vida de la comunidad, las mujeres bahá’ís están ya también participando en elecciones, en consulta y en actividades de enseñanza y uno de los informes menciona que «las mujeres bahá’ís no son solamente más activas (que los hombres) en la enseñanza, en discusiones o en viajes de enseñanza» sino también «un factor decisivo en las elecciones». En Malasia, «entre los indígenas, las mujeres, aunque más tímidas que los hombres, participan ampliamente en las elecciones bahá’ís y expresan sus ideas durante la consulta tanto como los hombres».

La Elección de Mujeres a los Cuerpos Administrativos
Siguiendo inmediatamente a esta participación en el proceso electoral, las mujeres son elegidas para servir en Asambleas bahá’ís Locales y Nacionales. Este hecho está notablemente ilustrado en algunos países donde «por tradición, las mujeres muy raramente hablan cuando hay hombres presentes», y donde existe una gran discriminación y donde, sin embargo, un número de mujeres bahá’ís sirven en diferentes Asambleas Locales. Una de estas Asambleas tiene en efecto cuatro miembros mujeres, una de ellas sirviendo como Presidenta, otra como Secretaria, siendo este caso de ninguna manera único sino común el hecho de que las mujeres sirvan como oficiales de las Asambleas Espirituales. En lugares donde solamente hombres sirven en los consejos de los pueblos, mujeres son elegidas a las Asambleas bahá’ís, y «es notorio que los hombres bahá’ís han cambiado su actitud ya que ellos votan por algunas mujeres». En muchas partes de Africa las mujeres son a menudo elegidas como tesoreras ya que ellas están «consideradas buenas administradoras de dinero y son de confiar». En algunas áreas de Africa, cuando se les explica a los habitantes bahá’ís de los pueblos que ambos mujeres y hombres son elegidos en nuestras Asambleas dado que no tenemos prejuicio, muy a menudo mujeres son elegidas a su nueva Asamblea Local aun cuando ellos puedan ser todos bahá’ís muy nuevos.

La Consulta
En algunos países las mujeres, a medida que participan en la consulta bahá’í, son alentadas por primera vez a tomar parte en los asuntos de la comunidad. En otros, aunque las mujeres toman parte en elecciones y consulta, el progreso es lento, mientras que en otros el cuestionario marca las cambiantes actitudes de los hombres y las mujeres entre los bahá’ís a pesar del hecho de que la costumbre está contra la libertad de la mujer. Un país subrayó que los hombres se están tornando más respetuosos, hacia las mujeres, invitando su participación; lo que lleva a que las mujeres participen más y más en la consulta. Una respuesta indica que las mujeres muy a menudo no asisten a tantas reuniones como los hombres pero que ellas participan completamente en las elecciones bahá’ís, expresan sus opiniones en la consulta y son más activas que antes que fueran bahá’ís. Otro hace referencia a que aunque las mujeres no se deciden rápidamente a expresar sus opiniones durante los períodos de consulta en un grupo mezclado, salvo que hayan sido bahá’ís por un largo tiempo, es evidente que cada vez se animan más a hacerlo. A veces parece que las mujeres bahá’ís esperan a que los hombres tomen las decisiones pero algunas de ellas con fuerte personalidad «están listas a oponerse si ellas tienen una fuerte convicción sobre un tema en discusión».

Un comentario muy interesante con relación a un aspecto importante de la vida bahá’í fue de que «las mujeres tratan, y en muchos casos más efectivamente que los hombres, de fijarse normas más elevadas de conducta e integridad».

Los moldes tradicionales se ven variar en la manera en que ellos inhiben la libertad de las mujeres. Algunos países informan sobre mayor igualdad en la participación en las zonas rurales, otros en los centros urbanos. Un buen número de cuestionarios informaron que aunque al principio los hombres asistían a más reuniones y tomaban parte más activa en la consulta bahá’í y en las actividades de enseñanza, ahora las actitudes parecían haber cambiado permitiendo una mayor participación de las mujeres.

De las respuestas recibidas se desprende que las mujeres, al declararse bahá’ís, asumen responsabilidades ante las cuales antes hubieran estado reacias, y a medida que ellas se educan más en la manera de vida bahá’í su actividad aumenta.

Se debe agregar un punto muy importante sobre como esta educación en la vida bahá’í i recae directamente sobre la participación en el proceso de consulta. A causa del énfasis entre los bahá’ís sobre el valor espiritual de cada individuo y el reconocimiento de que la adquisición de un buen carácter y virtudes es la meta primordial de la vida humana, se desprende de allí que la contribución de cada persona durante la consulta bahá’í no solamente se busca sino se considera de gran importancia. La redefinición de valores en relación con la vida humana vence los sentimientos de inferioridad y la falta de valor personal que produce el énfasis exagerado en los valores materiales el cual inhibe la participación de la mujer. Además, el aliento que las mujeres experimentan en la comunidad bahá’í a causa de su reconocimiento de la unidad orgánica, de la humanidad y de la gran importancia depositada en la participación universal de todos loa miembros de la Fe Bahá’í, es único.

El Cambio de Actitudes
Las respuestas a las preguntas relacionadas al cambio de actitud de hombres y mujeres cuando ellas se tornan bahá’ís muestran una tendencia muy alentadora. Los bahá’ís están luchando muchas veces con éxito marcado, para cambiar sus actitudes hacia la educación y participación de la mujer.

Casi universalmente, las respuestas indicaron que los hombres bahá’ís’ alientan la participación activa de sus esposas en la vida comunitaria bahá’í, aún donde la tradición ha mantenido a las mujeres fuera de toda participación y aún donde las mujeres mismas son tímidas e indecisas para asumir un papel activo en la vida comunitaria. «Los hombres bahá’ís alientan a sus esposas tanto a participar más completamente en la vida comunitaria bahá’í como a tomar una posición más pareja en la vida del hogar» y a «los hombres bahá’ís les gusta ver a sus esposas participando en las actividades bahá’ís». Muy pocos ejemplos de intransigencia masculina han sido comunicados entre los hombres bahá’ís.

Se desprende de los informes recibidos de Las Asambleas Espirituales Nacionales que el grado de libertad de las mujeres en las comunidades bahá’ís varía considerablemente, aunque el punto de vista bahá’í sobre la igualdad del hombre y la mujer parece haberse establecido. Sin embargo, el molde de vida para las mujeres ha sido ciertamente afectado por muchos elementos en la sociedad en general. En las regiones remotas se hace un progreso muy lento fuera de lo tradicional, pero en las regiones que han tenido continuo contacto con el mundo, el progreso ha sido muy marcado. En un pueblecito bahá’í, las mujeres tienen una actuación destacada tanto en la vida civil como en los asuntos bahá’ís. Solamente unas pocas Asambleas Espirituales Nacionales han mencionado el hecho de que las tradiciones y costumbres alientan la participación de la mujer y de que la mujer ha representado un papel importante en la historia de ciertos países. Una asamblea informa que las mujeres en las comunidades indígenas son más activas que los hombres y que cuando estas comunidades se tornan bahá’ís ellas continúan con esta tradición. De las respuestas a los cuestionarios se hace evidente que la creencia y dedicación a las enseñanzas de la Fe Bahá’í han resultado en un cambio progresivo en todas las comunidades bahá’ís — y estas comunidades se encuentran trabajando diligentemente por el progreso de la mujer en todas partes del mundo.

Los informes indican en general que cuando las mujeres se hacen bahá’ís, el adelanto en sus actividades comunitarias se acelera: «después de hacerse bahá’ís las mujeres trabajan tanto como los hombres».

La Educación
Las Enseñanzas bahá’ís depositan gran importancia en la educación de los miembros del sexo femenino, como lo muestran las citas incluidas. Los Escritos Bahá’ís subrayan el principio de la igualdad de educación para hombres y mujeres, tanto como el de educación universal obligatoria, y organizan las responsabilidades de padres e instituciones bahá’ís hacia la igualdad de oportunidades, en la educación de los niños. A la vez, hay una declaración en los Escritos de Bahá’u’lláh que establece que si los padres no pueden educar a los varones y las mujeres, las mujeres deben ser dadas la preferencia porque ellas son las futuras madres y las primeras educadoras de los niños.

Las instituciones bahá’ís asumen la responsabilidad de la educación de los miembros de la comunidad, y cada individuo bahá’í tiene relación con todas las instituciones locales, nacionales e internacionales. De esta manera el Orden Administrativo Bahá’í provee los medios para expresar las enseñanzas religiosas en la acción privada de los individuos y en sociedad.

Aunque pocas Asambleas Espirituales Nacionales comentaron sobre la falta de interés en la educación de parte de los individuos, debido a un número de obstáculos, la gran mayoría confirmó que los padres bahá’ís y las instituciones bahá’ís querían que los jóvenes adquirieran una educación, deseo que fuera confirmado por los jóvenes mismos.

Muchas Asambleas Espirituales Nacionales informaron que las conferencias de enseñanza y las reuniones especiales habían sido llevadas a cabo con el propósito de aumentar la conciencia bahá’í sobre el papel de la mujer en la sociedad. Conferencias bahá’ís sobre la condición jurídica y social de la mujer se llevaron a cabo y un número considerable de mujeres prominentes fue invitado a participar. En muchos países el papel de la mujer es discutido en reuniones públicas, polémicas e institutos donde los bahá’ís se reúnen para profundizar en su comprensión de las enseñanzas bahá’ís.

El deseo por la educación se muestra de muchas maneras. Hay indicaciones que los bahá’ís iletrados son muchas veces inspirados a aprender a leer y escribir, y de que en general los bahá’ís están interesados en proseguir su educación para lograr un mejor entendimiento de las Enseñanzas bahá’ís y de la vida bahá’í, como también permitirles contribuir al desarrollo de la sociedad en general por medio de la adquisición de conocimiento, entrenamiento y especializaciones. Muchas mujeres están registradas en clases nocturnas en la universidad; jóvenes mujeres bahá’ís están estudiando medicina, arquitectura y algunas mujeres bahá’ís son muy destacadas en sus países debido a sus contribuciones a la sociedad.

Las mujeres también se ayudan unas a otras dentro de la comunidad; algunos bahá’ís se ayudan unos a otros aprendiendo a leer y «las mujeres debido a su dedicación a Bahá’u’lláh han estado activamente envueltas en el establecimiento de programas de educación sobre el alcoholismo, llevando presentaciones a…pueblos, trabajando con niños lisiados, etc.».

Una prominente bahá’í ha sido responsable de la fundación de un Consejo de Mujeres en su país y del cambio de leyes sobre la condición jurídica y social de la mujer. Programas de alfabetización han sido establecidos y se ha facilitado la educación de mujeres adultas iletradas.

La influencia de las generaciones jóvenes sobre las más antiguas se muestra en un informe: «algunas hijas enseñan a sus madres a leer y a escribir». Otro menciona el hecho que bahá’ís de otros países, como parte de la comunidad, ayudan a los indígenas a aceptar gradualmente los nuevos modelos de la Fe, señalando la influencia educativa que los bahá’ís en su diversidad tienen unos sobre otros. Un informe refiere el caso de un individuo bahá’í que está hacienda posible que algunas niñas asistan a la escuela pública. Hay una conciencia general de la importancia de las actitudes hacia la educación. Un informe señala que a veces las jóvenes «entran en la vida activa, dejando la escuela para casarse y asumen responsabilidades de familia», debido a que hay muchos niños en la familia o debido a que los padres, antes de hacerse bahá’ís no alentaron a sus hijos suficientemente en lo que respecta a la educación.

La Educación de los Niños Sobre la Igualdad del Hombre y la Mujer
La importancia de enseñar a los niños sobre la igualdad del hombre y la mujer parece tener fuertes raíces en muchas comunidades bahá’ís a través de todo el mundo y tanto los padres como las instituciones bahá’ís están promoviendo activamente este principio en formas muy variadas. Un cierto número de asambleas indica que esto representa una actitud diferente de la de la gente fuera de la comunidad bahá’í. El informe de una asamblea se explaya sobre esta diferencia comentando que la igualdad fuera de la comunidad bahá’í es considerada solamente desde el punto de vista de estudios o metas de trabajo. Otras Asambleas declaran que los bahá’ís están enseñando a sus niños en el principio de igualdad y tienen el deseo de asegurar una educación para ellos aún a pesar de que la «sociedad allí no esta muy a favor».

Las clases para niños son generalmente una contribución muy exitosa a la vida de la comunidad, y ofrece oportunidades a las mujeres bahá’ís para «contribuir su cuota de servicio conduciendo las clases bahá’ís de niños». Una asamblea ha fundado un comité nacional de mujeres y niños para el año próximo, para estudiar el problema de la mujer dentro de la Fe.

La conclusión general puede ser que dentro de la Comunidad Internacional Bahá’í, grandes adelantos han sido ya hechos hacia la igualdad de los sexos, y de que el adelanto de la mujer es perseguido continuamente. La influencia de las comunidades bahá’ís en las comunidades donde ellas existen, varía en este respecto, pero en general todas las comunidades bahá’ís enseñan la igualdad de los sexos y actúan para eliminar tanto como les sea posible los prejuicios de discriminación contra la mujer.

Es de notar que las mujeres se cuentan dentro de los oficiales de más alto rango dentro de la Fe y son activas en todos sus trabajos. En Europa existen 17 Asambleas Espirituales Nacionales, cada una compuesta por nueve miembros; 15 de ellas tienen miembros mujeres. En Africa 24 de Las 31 Asambleas Nacionales tienen miembros mujeres. En Asia el número asciende a 25 Asambleas Espirituales Nacionales, 15 tienen mujeres como miembros; en América 30 y 29 y en Australasia 11 y 10.

Asambleas Espirituales Nacionales Que Responden al Cuestionario Sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer
AFRICA
Africa del Alto Oeste

Africa del Noreste

Africa del Noroeste

Africa del Oeste

Botsuana

Chad

Costa de Marfil, Malí y Alto Volta

Dahomay

Ghana

Islas Seychelles

Kenia

Nigeria

República Centroafricana

República del Congo

Reunión

Rodesia

Ruanda

Swazilandia y Mozambique

Tanzania

Zambia

LAS AMÉRICAS
Alaska

Argentina

Belice

Bolivia

Brasil

Canadá

Colombia

Costa Rica

Ecuador

El Salvador

Guatemala

Guyana, Surinam y Guyana Francesa

Haití

Honduras

Jamaica

México

Nicaragua

Panamá

Perú

Puerto Rico

República Dominicana

Trinidad y Tobago



ASIA
Asia del Cercano Oriente

Asia del Nordeste

Corea

India

Indonesia

Laos

Las Filipinas

Malasia

Malasia Oriental y Brunei

Pakistán

Singapur

Tailandia

AUSTRALASIA
Australia

Islas Fiyi

Islas Gilbert y Ellice

Islas Hawaianas

Islas Salmón

Nueva Zelandia

Pacífico del Sudoeste*

Pacífico Noroeste

Papua y Nueva Guinea

Samoa

Tonga y las Islas Cook



EUROPA
Alemania

Austria

Bélgica

Dinamarca

España

Finlandia

Francia

Islandia

Italia

Luxemburgo

Noruega

Portugal

Reino Unido

República de Irlanda

Suecia

Suiza

*Dos respuestas enviadas: una de Nueva Caledonia y otra de Nuevas Hébridas
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