find: Música Estados Unidos

Suzanne Brindamour,

cantante, compositora de canciones, guitarrista, Estados Unidos

Traducido por Margie Díaz Mesén, Costa Rica.

Extractos de la entrevista
con Sonja van Kerkoff, publicada en el 2001.

Me llamo Suzanne Brindamour Tolford, soy la menor de cinco hermanos y nací en 1964 en Maryland, Estados Unidos. De niña era conocida como Susu Tolford y durante mucho tiempo tuve que luchar contra sentimientos de baja autoestima, soledad y abandono. Solía pasar mucho tiempo en mi habitación tocando la guitarra y creando música que no quería que fuera escuchada por nadie.
Aunque mi madre tenía una hermosa voz, yo no podía cantar ni una nota.


Fotografía: Charles Steck, Estados Unidos

En la actualidad utilizo el nombre Suzanne Brindamour, y me siento segura de mí misma como cantante y compositora. Soy sociable, extrovertida y me encanta compartir la música. Queda tan poco de Susu en mí, como pocas son las personas que continúan llamándome por ese nombre. Esencialmente, después de más de veinte años, me he convertido en aquella música segura de sí misma, que de niña una parte de mí pensaba era posible llegar a ser.
En mi casa la música siempre ha estado presente. Mi madre cantaba y mi padre tocaba el piano, pero fueron las prácticas de guitarra de mis tres hermanos mayores las que despertaron mi interés en la música. Tocaban improvisando canciones como "Ohio" (de Crosby, Stills, Nash and Young), "Willing" [Dispuesto] (de Little Feat) y "Dear Abbie" [Querida Abbie] (de John Prine). Tengo tiernos recuerdos de toda la familia reunida cantando en la sala de estar. Mis padres me regalaron mi primera guitarra a los doce años y comencé a tomar clases de guitarra clásica en la escuela. Aprendí sola a tocar de oído el piano. En ocasiones lograba sacar las notas de las estrofas de algunas canciones que me gustaban, pero en la mayoría de los casos creaba mi propia música.


Suzanne Brindamour,
en su presentación del 2000.

A los trece años audicioné en la escuela para una obra musical de teatro, cantando "59th Bridge Street Song" [La canción de la calle 59], de Simon y Garfunkel, y creo que el puente se hubiera venido abajo si me hubiese oído cantar. Fue tal la catástrofe que volví a mis actividades musicales en privado. Luego llegué al difícil periodo de la adolescencia en el que me sentía sola y muy insegura de mí misma, usaba anteojos y frenillos y pasaba desapercibida por los pasillos de la escuela. Escuchaba música de James Taylor, Joni Mitchell, Cat Stevens, Lionel Richie, y entre otros más Dan Fogelberg, quien influyó de manera intensa en mi estilo de rasguear la guitarra.

A los diecinueve años, al enamorarme, empecé a escribir canciones. Hice grabaciones con la guitarra y la voz sin arreglos, en el sótano de la casa de mis padres, utilizando el rudimentario equipo de mis hermanos. Había grabado las canciones para no olvidarlas, pero no dejaba que nadie las escuchara.
A mis veinte años, me trasladé a Phoenix para estudiar artes gráficas en la Arizona State University [Universidad Estatal de Arizona]. Crecí siendo artista a la vez que música. Contesté un interesante anuncio del periódico que solicitaba, de manera enigmática, músicos que no consumieran drogas, para el cual me sentía capaz. El hombre que puso el anuncio, Frank Zelasny (a quien llamaban Kid Trousers), me preguntó por teléfono si yo era cantante, pues lo percibía por mi modo de hablar. Por alguna razón le contesté que sí. Cuando nos encontramos e íbamos a escuchar el casete que había grabado en el sótano de mi casa, le confesé que en realidad no era cantante; de todas maneras Frank lo escuchó. Comentó que tenía una bella voz y me invitó a formar parte de la banda Kid Trousers & Wisdom Bricks.

Kid Trousers tocaba la batería y era el vocalista, Mark Matson el techado y Shawn McClure la guitarra eléctrica. Yo tocaba la guitarra acústica y hacía las armonías. Escribí la canción "Why" [¿Por qué?] en la que yo era la vocalista principal y que grabamos en un estudio de veinticuatro canales. Mi canción y una de las de Trousers fueron puestas al aire en la estación de radio K Storm (KSTM), en Phoenix.

Después de un semestre en la universidad decidí abandonarla, y me sorprendió mucho de que mis padres me dejaran hacerlo; quería concentrarme en la banda. Para ganarme la vida, trabajé como secretaria y recepcionista. Aprendí a hacer arreglos musicales y a grabar canciones. A medida que aumentaba la fortaleza de mi voz, también lo hacía mi deseo de escribir música y mi convicción de que todo era posible. Durante ese año y sin la participación de Trousers, nos reunimos los otros dos miembros de la banda y yo para escribir canciones acerca de la injusticia y la desesperación.

Esto era prohibido en la banda "todo positiva" de Kid Trousers. Nos separamos de Trousers para convertirnos en Common Ground.




Common Ground, a mediados de los ochenta.

Adquirí un teclado y alternaba entre éste y la guitarra acústica de doce cuerdas. Mark y yo éramos los vocalistas, y escribíamos canciones y las grabábamos, pero nunca hacíamos ninguna presentación. Nuestros conocimientos e influencias musicales eran diversos, pero nos fusionamos muy bien. Adorábamos a grupos como Toto, Mr. Mister, Level 42 y Rush. Éramos como una familia y pasamos todo un año tocando, escribiendo música y creciendo. Cuando Mark se trasladó a vivir más al norte a una hora de allí, Shawn y yo viajábamos cada fin de semana para tocar juntos. Subíamos una y otra vez la colina árida que había detrás de la casa, muchas veces cargando nuestros instrumentos.
El bello entorno de la región norte de Arizona proporcionaba una espectacular inspiración musical, de la que brotaban nuestras canciones, y que tratábamos de grabar de la mejor manera posible a pesar del inapropiado equipo musical. Con el aparato de cuatro canales de Mark grabamos "The Bomb Song" [Canción sobre una bomba], una historia ficticia y trágica de una aldea que es bombardeada. Los tres la ensayamos en el baño donde había una mejor resonancia, y fue necesario repetir muchas veces la grabación de voces porque nos causaba risa lo absurdo de tener que cantar cerca del inodoro.

En enero de 1987 regresé a Maryland, pues habíamos disuelto la banda Common Ground y mi madre se encontraba muy enferma. Ella murió de cáncer uterino unos meses después de trasladarme de nuevo a mi casa. Soportar su sufrimiento y su muerte fue precisamente la inspiración de la canción "Waiting in the Wings" [Esperando una oportunidad] y tuvieron que pasar muchos años antes de poder traducir esos sentimientos en palabras. Tan dolorosa experiencia fue el catalizador del cambio de mi música y de mi vida, que empezó cuando los sentimientos reprimidos afloraron iracundos a la superficie. Dos años después de la muerte de mi madre, aún sentía tanta ira, que si en el almacén dobde trabajaba alguien me hacía enojar, le arrojaba lo que tuviera a mano. Una vez le lancé una caja de alimentos congelados a un cliente que me había hecho enfadar. Por fortuna, él ya había salido del establecimiento y estaba al otro lado de la ventana. Es increíble que no haya perdido mi trabajo, aunque sentía que estaba perdiendo el juicio. Busqué ayuda sicológica y al desenterrar un montón de basura de mi ser interior, emprendí el camino hacía el conocimiento y el amor por mí misma. Poco a poco fui sintiéndome más segura.


Suzanne Brindamour, 1989,
se presenta por primera vez como solista.

Además, continué desarrollando mi talento musical. En 1989, aunque me sentí aterrorizada, logré cantar en público por primera vez. Interpreté varias canciones originales, durante un festival al aire libre en una clínica para reposo, ante una audiencia pequeña compuesta por unos cuantos amigos, transeúntes, y pacientes mayores llevados en sus camas de ruedas. No había micrófonos disponibles, así que le coloqué dos micrófonos al trípode de la cámara. Al sentarme a tocar la guitarra, cantando junto con la máquina de percusión, para un público en cierta medida inconsciente, me percaté de lo ridículo de la escena. Por un lado la experiencia fue un desastre, por otro fue espectacular y victoriosa pues tuve el coraje de hacerlo.

El siguiente año trabajé en Washington en una práctica para Channel Nine, una compañía afiliada a la CBS. Estaba encargada de ayudar
al productor en la creación de segmentos para el programa de televisión con formato de revista Capital Edition que documentaba las historias de personajes del área metropolitana que eran de interés para ese programa.
Aunque asustada e intimidada, decidí proponer a los productores una de mis canciones, "You Will Be Missed" [Te vamos a extrañar], para que se usara como tributo de despedida a los invitados al programa. Les gustó mucho la idea, así que grabé la canción con las voces y todas las partes secuenciadas en teclado. Esta canción llegó a ser parte del programa y fue mi primera composición musical para la televisión.

En 1991 obtuve por fin el título en comunicaciones, cuyos estudios había iniciado después de la muerte de mi madre. En esa época, mientras trabajaba en la producción de vídeos, buscaba trabajo como compositora de partituras para la producción de videos. De manera autodidacta, había aprendido a crear composiciones de grabaciones múltiples utilizando el teclado e incluyendo sonidos de percusión, piano, flauta y trompeta. Mis destrezas para la edición de vídeos me permitieron editar escenas de una película de suspenso, a la cual le hice varios arreglos y envié al programa America's Most Wanted [Los más buscados en los Estados Unidos], de la compañía FOX. La persistencia y el esfuerzo rindieron sus frutos, pues fui contratada para escribir música dramática para usar de fondo en un par de episodios.

Como era difícil conseguir trabajo regular como compositora, en 1999 empecé a trabajar como asistente del director de producción en la Radio WFRE/WFMD, localizada en Frederick, Maryland. Entre el director de producción y yo escribíamos, producíamos y grabábamos las voces de los comerciales. Lo disfrutaba mucho, especialmente porque me permitía ser increíblemente creativa. Uno de las campañas publicitarias más cómicas que escribí y titulé "Honeypot and Little Possum" ganó el premio ADDY a la mejor campaña de radio de una región compuesta por cuatro estados.

Después de un año y medio ansiaba regresar a la música, y esto fue posible gracias a que me había casado recientemente. La estabilidad económica de mi esposo me permitió comprar un equipo para escribir música y sincronizarla al vídeo. Pasé ocho difíciles meses haciendo yo misma la labor de promoción, pero no logré conseguir ningún trabajo. Mi suerte cambió y comencé a componer partituras para el programa de televisión National Geographic Explorer y un filme para promocionar a la Mercedes Benz. Era difícil creer que iba a recibir un salario por sentarme en casa a escribir música con mi gato sentado en el regazo. No solamente era algo que disfrutaba, sino que además significaba una recompensa profesional. Muchas producciones a las que les hice arreglos ganaron premios, incluyendo el "POLLIE" (a la mejor publicidad política), el "Axiom", y el "Telly and Silver Screen Award" (por filme industrial).

De cuando en cuando era contratada como voz para comerciales; fue entonces cuando uno de los clientes pensó que si yo podía "actuar" con mi voz, también podría hacerlo frente a las cámaras. De esta manera, empecé a actuar en varios segmentos pequeños de vídeos sobre capacitación. Más tarde, al ser contratada para escribir música para un vídeo interactivo de ciencia, me pidieron trabajar como animadora en cámara. You Be the Chemist [Aprende a ser químico] se distribuyó a miles de escuelas por todo el país y estaba dirigido a grupos de cuarto grado.

Lamentablemente, mi matrimonio no duró mucho y después de un proceso largo y agotador, nos divorciamos en 1998. Esta terrible experiencia proporcionó la inspiración para muchas canciones, incluyendo "The Last Thing" [Una última cosa]. Esta situación me obligó a salir adelante con los problemas y a crecer emocionalmente. Comencé un trabajo voluntario en el Circle of Hope Therapeutic Riding Center [Centro Terapéutico Ecuestre "Círculo de Esperanza"] en donde se me presentó una maravillosa oportunidad profesional: hacer un vídeo promocional... sin paga alguna. Producir era una de las actividades que siempre había querido realizar, por lo que emprendí el proyecto con mucha alegría. Mi diversa experiencia de trabajo también me permitió combinar muchas habilidades como dirigir, colaborar en el proceso de escritura de guiones, realizar la locución del vídeo, participar en el planeamiento del sonido y escribir las partituras para "A Gift of Hope" [Un regalo de esperanza].

Diseñé un plan para la producción de mi primer CD y busqué la financiación de inversionistas. Mis amigos y parientes, así como el dueño del restaurante Il Forno donde yo trabaja medio tiempo, se me presentaron dinero en mano. Además, mi hermana, con la ayuda de nuestra cuñada, hizo el arte para la portada; mis amigos y yo tomamos las fotografías; y otro de mis hermanos hizo el diseño.

Para mantener la modalidad acústica en la canción "Waiting in the Wings" [Esperando una oportunidad] y además darle una característica evocadora e inquietante, insinué apenas el sonido de teclado eléctrico.

    El bajista Willard Morris y Suzanne Brindamour en su presentación en el Best Café de Seattle, Estados Unidos, en setiembre de 2000.

Hice una lista que incluía varios guitarristas, un bajista, un pianista, un baterista, un violinista, y el chelista de "Larry Said So" para que tocaran en las once canciones del CD, el cual estuvo listo después de nueve meses de trabajo en el estudio.

El CD titulado con mi nombre ("Suzanne Brindamour") y del que soy la productora, salió al mercado en noviembre de 1999, bajo el sello Splash Records, una pequeña compañía que ofrece parte de la financiación. Fue cuando le dije a un amigo que ya podía morirme tranquila, pues me sentía muy satisfecha de haber logrado que mi música fuera grabada y que se conservara de una manera permanente. Por supuesto que ahora he elevado mis normas de calidad ¡ya no me quiero morir hasta no haber grabado por lo menos otros tres CD, haber logrado que la mitad del mundo los escuche y ser dueña de una casa en condominio en las Bahamas!

El CD estaba listo pero la parte difícil apenas había comenzado. Trabajé hasta el agotamiento para obtener publicidad periodística, presentaciones y todo aquello que pudiera promocionarlo y llevarlo a las tiendas. Unas cuantas habían empezaron a venderlo en consignación, cuando el comprador regional de una gran cadena se enamoró de mi música y me ayudó a realizar una distribución nacional. El CD recibió excelentes críticas en los periódicos y estuvo al aire en varias radioemisoras en Washington DC, Arizona, Massachussets y los Países Bajos, así como en la Internet. Durante un tiempo, estuve en la lista de los diez primeros artistas de los Estados Unidos y en el sitio de la Internet "MP3"...

...fue por ese tiempo que Kim Connell (cantante y escritora de canciones) y yo, formamos el grupo "Larry Said So", en el que ambas tocamos guitarra acústica, y le agregamos un bajista y un chelista. A estas alturas, todavía me asustaba presentarme en público y prefería esconderme detrás de los demás miembros de la banda. Cuando Kim se trasladó a otro estado me sentí deshecha, y entonces tomé la decisión de continuar mi carrera como solista. Abandoné la idea de recurrir a otros para perseguir mi pasión musical, pues no había nada que me gustara más que escribir canciones, y estaba decidida a combatir mi miedo a la incompetencia, y a llevar mi música por todos lados.

La confirmación más importante llegó cuando "Dear Sevda", una de mis canciones del CD, fue utilizada en la banda sonora de la serie de televisión Popstars, de la Warner Brothers, serie que además salió al aire en MTV. Se trataba de un reality show [programa cuyos participantes son los actores], al que las jóvenes se presentaban para hacer audiciones que las podrían convertir en estrellas de música popular. Es irónico, no solo porque ese es también mi sueño, sino porque la canción, cuyo propósito era conseguir simpatía para las muchachas talentosas y bellas que no quedaron como finalistas, hablaba sobre una persona muy querida y refugiada de Bosnia, a quien había estado apoyando y con quien había mantenido correspondencia durante seis años.

Casi todas las canciones del álbum las compuse durante los dos años de trabajo de grabación, excepto "Over" [Todo ha terminado] que comencé a componer diez años antes. Sus primeras dos estrofas y el coro hablan de mis sentimientos a partir de la primera relación amorosa seria, mientras la tercera complementa la canción diez años después, cuando una nueva relación termina también en sufrimiento. En la canción "No Pride In Pity" [No hay orgullo en el dolor] expreso la angustia de unos tiempos difíciles y el deseo de superarlos. A algunas niñas se les enseña que un día llegará un príncipe para construirles un castillo y hacerlas felices por el resto de su vida. Yo, en cambio, he luchado toda mi vida para hacer que las cosas se den por mi propio esfuerzo. Muchas mujeres, de niñas también han creído que lo malo que les sucede es un castigo por haber hecho algo incorrecto. Los siguientes versos transmiten estas ideas:

«Hay momentos en que todo se derrumba alrededor
y te preguntas si es debido a inocentes pecadillos cometidos;
hay momentos que quisiera haber forjado mis propios castillos
mas, en vez de ello, ¡maldición! solo alcanzo a dar golpes de dolor»

Cuando expreso mi angustia por medio de una canción, me gusta ofrecer un atisbo de esperanza, quizás una solución, o un poco de aliento, pues de lo contrario sería una experiencia deprimente y nada más.

Algunas letras de mis canciones me producen un poco de pudor. Puedo ser franca al componer las canciones mientras estoy sola en mi casa, pero el que la gente las escuche es otra historia, y esto es algo en lo que no pensé en el momento de componerlas. La primera vez que puse mi CD para que la gente lo

Left to Right: De izq. a der.: Suzanne Brindamour, con la vocalista Lauren Chrissos, durante la gira "Best Buy Ernie Ball Heroes Tour". Setiembre 2000.

escuchara, comencé a toser durante algunas de las estrofas de la primera canción.
Los primeros versos expresan lo siguiente:

«Que me desean, muchos hombres me dicen,
y ya he dejado que demasiados me acaricien»

Me siento mejor siendo modesta y sin duda no quiero parecer una mujer fácil. En lo más íntimo de mi ser, querría haber incluido una tonta nota de anulación de responsabilidad indicando que no pienso que todos los hombres me desean, sino que en esta época en particular varios así lo expresaron. La frase “me acaricien” no significa que “me he ido a la cama con ellos”, y yo tampoco creo ser una mujer fácil, ¡después de todo fui virgen hasta los veintidós años!

Cuando escribí estas canciones no imaginaba que alguna vez tendría admiradores adolescentes. Creo que los artistas del espectáculo tienen una responsabilidad hacia los más jóvenes y que la música para las radioemisoras debería ser compuesta con este principio en mente.

Hace un año trabajé medio tiempo en el Children's National Medical Center [Centro Médico Nacional de Niños] en Washington DC, como música residente, donde tuve la fortuna de apreciar el efecto de la música en la vida de los niños. Por todo el hospital llevaba un carrito lleno instrumentos con los que ayudaba a los niños a no pensar en su enfermedad. He visto a muchos de ellos pasar del llanto a la sonrisa, una vez que tocan el teclado; otros dejan escapar sus frustraciones con los tambores; algunos se dan a conocer por medio de la música, o encuentran paz mientras me escuchan cantar. Un chico de diez años que nunca antes había tocado la guitarra, al salir del hospital ocho semanas después había aprendido a tocar tres canciones. Durante el taller semanal que llevo a cabo en el salón de un centro siquiátrico, los adolescentes componen canciones, ríen y expresan sus sentimientos de angustia. Para mí, las recompensas son inigualables.

Durante estos años, he aprendido que cuando verdaderamente se está lista para dar, también se llega a recibir. He aprendido a quererme a mi misma y a tener fe en mí. Ahora sé que es preferible enfrentarme a los miedos aun sintiéndome incómoda, que quedarme en un lugar seguro. También entiendo que cuando se hace lo que se ama y se comparten los dones recibidos, todas las cosas, de manera maravillosa, comienzan a colocarse en su lugar. Por medio de la música espero alentar a los demás en la búsqueda de su camino, de su satisfacción y de su amor por sí mismos.

Si he de lograr esto, me quedan muchos demonios por destruir: restos de inseguridades, desequilibrios, la lucha para ganarse la vida mientras se persigue un sueño, y la irrupción dentro de una industria extremadamente competitiva. A pesar de mis temores, en este año 2002 me encuentro en una posición privilegiada y tengo la fortuna de poder hacer lo que me gusta: comparto la música con los niños, realizo composiciones para la radio y la televisión, escribo canciones y hago presentaciones musicales. Tengo una colección de canciones nuevas para mi próximo CD y aunque apenas estoy empezando la búsqueda de una compañía disquera que me respalde estoy segura de que lo lograré, con o sin ayuda. Me dejo llevar por la fe, y sé que voy a conseguir esa casa en condominio, en las Bahamas :)


Pasajes de Arts Dialogue, febrero 2002, páginas 12-15


Puedes escuchar parte de su música visitando su página web: www.suzannebrindamour.com


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